Una respuesta a las tradiciones es una señal de una amistad verdadera en el tiempo.

El efecto de las “mañanas” sucesivas en los paraderos de la carretera convertía los carros en pequeños manicomios ambulantes. La calle de la Arena y la playa enorme, poblada de “rifas”, turrones y ventorrillos, se iban agitando poco a poco con un guirigay ininterrumpido de gritos y de canciones. Todos los atavíos femeninos tenían en la fiesta lucida representación. Lo mejorcito de los pueblos exhibía modelos de trajes del antepenúltimo figurín. Las campesinas cien por cien atronaban el espacio con el almidón de sus enaguas y deslumbraban con los colorines de sus vestidos y pañuelos

Toda historia es una historia interminable gracias por compartir una noche mágica con Nosotros

Gracias a Alberto Castilla por ser nuestro narrador y presentador.

¡Como no! dejamos una muestra de su buen trabajo

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